Referente Arte Proceso

Tulia Eugenia Suarez Ardila 

Conocí de ella a través de su proyecto de grado, y tuve el gusto de poder oír de ella misma el significado del contexto dentro del que se desarrollaba su obra, aunque las palabras no sobran se tornan sordas, ya que la obra en sí misma tiene un eco propio y característico de estas creaciones incapaces de pasar desapercibidas. 

Dentro del Arte Proceso suelen suceder estas cosas las reacciones y emociones que se pueden desatar van más halla del objeto en cuestión o de la obra como tal. Ver la obra de Tulia me ayudó a comprender mejor como es llevar ese carácter efímero a una instancia perdurable a enlazar cada fragmento creando una composición que no solo registre el proceso si no que tenga la misma connotación de lo fugaz del momento. 

La obra a grandes rasgos se divide en tres espacios, alusivos a un proceso íntimamente ligado al ser Mujer, el acto de dar vida y de quitarla al mismo tiempo; hace una lectura a través del Proceso de Gestación del Embarazo, donde deja expuestas dos partes derivadas del mismo proceso. En la primera instancia vemos dicho proceso interrumpido, consumido dentro del mismo dolor invadido de bacterias...inacabado, inconcluso; por otra parte y en contraposición se observa la vida misma   luchando por sobrevivir, en este caso el registro fotográfico nos permite ver la continuidad del desarrollo ese acto hasta la liberación del embrión.

Entre tanto... Mientras ella en una conversación muy personal con términos cotidianos y un aire jocoso hacía un recorrido por cada estancia de la obra, se detenía en algunos fragmentos y explicaba con franqueza cada detalle del que mi vista se percataba, "oh es niña" -le decía yo, mientras apreciaba la sutileza del que feto en estado de congelación,  gota a gota esperaba ser liberado de su fría prisión, o quizá dentro de otro contexto, extraído de su hogar, el frío hielo simula su espacio, la placenta que envuelve su mundo y el rincón que lo construye...

Su casa, el refugio que le brinda seguridad...  gota a gota  debajo de sí, una pecera de vidrio recibe cada lagrima destilada.